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EL PASAJERO DEL TIEMPO

​​  Marcos Andrade, humilde oficinista alcalaíno, encuentra piso en pleno centro de Madrid, gracias a la inesperada aparición en su vida, de un misterioso anciano llamado Alfredo León. Su vida experimenta un giro de 180 grados cuando, instalado ya en su nueva casa, descubre una inusitada puerta dimensional que le traslada casi un siglo atrás en el tiempo, al Madrid de 1916, reconvertido en el afamado periodista Marco Vassallo. Bajo esta nueva personalidad, el protagonista nos irá haciendo partícipes de los acontecimientos más importantes acaecidos en aquel tiempo, no solo en la urbe madrileña, sino también en el resto del mundo: la actualidad de la época, el universo cultural, las figuras del deporte y del teatro, la política y la sociedad imperante, incluso la Primera Guerra Mundial, siendo testigos del suceso en el propio frente de la batalla de Verdún, considerada como una de las más sangrientas y largas del conflicto. A pesar de todo, nada hará sucumbir a los encantos de tan insólitos viajes en el tiempo como el providencial encuentro del periodista con Marisa Rondal, una de las grandes artistas españolas del momento. A partir de ese instante, la aventura histórico-fantástica se fundirá con la romántica, sumergiéndonos irremediablemente en cada pasaje de la novela hasta su impredecible desenlace.

"Marisa y yo estábamos totalmente empapados, y el pelo de ella brillaba de forma muy especial. Algunos reguerillos de gotas de agua descendían por su frente y su cuello, sintiendo deseos de recogerlas con mis labios, mezclándolas con el sabor de su piel. Tenía que besarla, era superior a mí. No fuimos los únicos. Algunas parejas nos secundaron, abrazándose, besándose, aliviados tras escuchar un nuevo resonar de las sirenas, comprendiendo que el peligro había pasado. Reconocía mi temeridad al haber arriesgado nuestras vidas saliendo al exterior, pero seguía hipnotizado con la visión de lo que me parecía una auténtica película tridimensional, donde yo era el protagonista principal, y Marisa la belleza del filme."

"Podría haber permanecido así toda la eternidad y ni siquiera me hubiese importado. A pesar de todo, el miedo atenazaba mi corazón, y ya no era capaz de imaginarme la vida sin ella. Había comprendido al fin que estaba atrapado por completo en aquel mundo sólo por Marisa, y que todo lo demás apenas tenía ya ningún valor para mí. Si algún día por cualquier razón terminaban aquellos viajes al pasado, estaba dispuesto a lo que fuese con tal de no perderla..."

 

 



 

Extractos de la novela "El pasajero del tiempo"

© Francisco Arsis (Editorial Ánade - 2012)

 

 

 

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